LUGAR:
En un lugar de ensueño donde tus sueños pueden hacerse realidad
HORA:
¡Y yo que se! Estamos en un mundo de fantasía.
Érase
una vez que se era, una chica que vivía en un pueblo llamado Marcalandia, dicha
chica se llamaba Lara pero era más conocida como Caperucita Roja, aunque
algunos la decían “Caperucica, Caperucica, donde vas tu tan bonica”
Ella
vivía en una humilde casita junto con su madre, era feliz y no podía pedir nada
más…
-¡NIÑA
A VER CUANDO COÑO TE VAS DE MI CASA COJONES QUE ME TIENES HARTA!
-Cuanto
se nota que me quieres madre.
-¡Hala,
toma esta cesta de melocotones y vete a dárselo a tu abuela!
-¿Tengo
abuela?
-Mi
madre es tu abuela.
-¿Tienes
madre?
La
soltó una hostia y la puso en la calle con su caperuza roja. Caperucita se fue
con su cestita cantando alegremente y saltando una canción.
-Voy a casa de mi abuelita que seguro esta
viejecita, y espero no encontrarme con alguien que me haga mearme.
Entonces
Caperucita tuvo que dejar de cantar porque escuchó algo entre los matorrales,
asustada e inocente se acercó y pregunto quien había ahí. Un hombre de repente
salio de los matorrales asustando a Caperucita la cual su reacción fue sacar
una pistola y liarse a tiros.
-Para,
para, para, coño que me das niña de los cojones.-dijo aquel hombre calvo y con
bigote blanco-Joder con la niña, a ti no te secuestran no. Y de donde has
sacado esa arma tan adelantada a nuestro tiempo.
-En el
mundo de la imaginación todo es posible.-contestó con dulzura-Quien eres tu y
porque has intentado asustarme.
-Créeme,
me he asustado yo mas que tu. Bueno, a lo que vamos, soy un Elfo “del
bosque”-señalo ampliamente a su alrededor-y mi cometido es avisarte de que
encontraras extrañas criaturas si no sabes elegir el camino correcto.
-Y que
camino debo elegir.
-Pues
solo hay uno seguro, al final de este sendero encontraras dos bifurcaciones, el
camino de la izquierda es el divertido donde encontraras gente que juega a una
nueva modalidad deportiva a la que puedo llamar orgullosamente futbol.
-¿A si?
Y que hacen.
-Pues
tienen un objeto redondo cubierto de piel de delfín…
-Pero
si los delfines son inteligentes, y donde habéis encontrado uno, si por aquí no
hay mar.
-Precisamente,
tan inteligente no seria cuando lo encontramos vagabundeando por un pueblo muy
cerca de aquí. Continuo, el juego trata de pasarse el objeto redondo una y otra
vez, una y otra vez, una y otra vez, una y otra vez,…
Caperucita
miraba a los lados, no sabia que hacer, pensaba que se le había atragantado
algo, no hacia más que repetir lo mismo una y otra vez. Cuando Caperucita iba
por su tercer jersey hecho a mano, comprobó que el Elfo variaba su discurso.
-...una
y otra vez, hasta que por fin llegan al punto donde deben tirar para anotar un,
lo que yo llamó, maravilloso gol.
-Vale,
¿y el camino divertido?
-Ese
era el camino divertido.
-Lo que
tu digas, adonde lleva el otro sendero pesado.
-Pues
ese camino te retrasara mucho rato, en el encontraras dragones, princesas,
lobos, niños repipis que se comen casas de caramelo, una joven muy rara llamada
Bella que se enamoró de una bestia llamada Dani Alves, brujas, demonios, Belén
Esteban, que es lo mismo, también...
-Vale,
ósea que debo elegir entre el sendero del coñazo más absoluto o ir por el
camino más alucinante del mundo. Pues aquí te dejo pringao, haber si por
casualidad me encuentro con una orgia a la que unirme.
Y
Caperucita siguió su camino en busca de aventuras, cuando llegó a la
bifurcación eligió sin dudar el sendero de la derecha, esperaba conseguir un poco
de emoción en su vida. De repente su andar fue detenido, apoyado en un árbol
vio un muñeco de madera, se acercó y su sorpresa fue mayúscula al ver que abría
los ojos, como era de esperar le lleno de balazos el cuerpo.
-Pero
tía, que soy de madera pero no irrompible.
-¿Hablas?
-No,
justamente detrás de este árbol hay un pringao que esta haciendo la voz por
mi.-Caperucita se inclino para mirar-¡Pues claro que soy yo estupida!
-Para
ser un muñeco de madera tienes muy mal humor. Por cierto, me ha parecido ver
que cuando has dicho lo de que había un hombre imitando tu voz, te crecía la
nariz.
-Es una
maldición, me pasa cuando miento.
-Por
cierto, como te llamas.
-O si,
perdona mis modales, es que cuando me disparan pierdo la compostura, mi nombre
es Guardiocho.
-Y dime
Guardiocho, ¿ya te habían disparado alguna vez?
-No,
esta es la primera;-la nariz empezó a crecerle-bueno, quizás una o dos
veces;-la nariz le creció mas-Vale, vale, vale, muchas veces, pero siempre
inmerecidamente;-la nariz le creció.
-Y que
haces aquí tan solito.
-Pues
es que mi puto abuelo me ha abandonado, dijo que estaba hasta los mismísimos
huevos de cuidar a un niñato de madera como yo, y ya ves tú, si soy muy
bueno-le creció más la nariz.
-Sabes
una cosa Guardiocho,-se mordió el labio-me estoy poniendo muy cachonda con tu
nariz.
-Pero
será guarra y calenturienta la tía.
-Que
pasa, no te gustan las chicas.
-Claro
que me gustan-la nariz le creció tanto que atravesó medio bosque y mató a un
oso.
-Veo
que aquí no tengo nada que hacer, me voy… mariposon.
-Que no
soy gay-esta vez mató a cuatro ancianas que estaban comiendo tranquilamente en
sus casas a veinte kilómetros del lugar donde se encontraba Guardiocho.
Caperucita
decepcionada pero sonriente, siguió saltando y cantando por aquel sendero.
-Un muñeco de madera que pasea por la otra
acera, tiene un gran corazón pero es muy maricón.
-¡Eh
querida damisela!-Dijo una voz detrás de ella.
Sacó de
nuevo la pistola y empezó a disparar, esta vez no dio a nadie.
-¿Quién
habla?
-Aquí a
tu izquierda
Miró y
vio a un hombre vestido de azul.
-¿Eres
la muñeca vestida de azul?
-¿Qué?
¡No! ¿No ves que soy un tío pava?-La cogió la mano y se la besó-Me llamo Piqué
y soy el príncipe azul.
-Tú
antes fuiste una rana ¿verdad?
-¡Como
lo sabes oh mi bella dama!
-Porque
esos labios no son de ponerte botox precisamente.
-¡Pero
será japuta la tía!
-¿Te
puedes quitar de mi camino? Llego tarde a la casa de mi abuela.
-Cásate
conmigo, oh mi bella dama.
-¡Mira!
Shakiruja, la bruja
-¡Donde!
Aprovechó
que se giró para salir corriendo, por el camino se le cayeron varios
melocotones pero la dio igual, continúo su camino.
-Con un Príncipe Azul rana me he encontrao,
por el camino se me han caído varios melocotones porque el me ha tocado los
cojones.
Entonces
escuchó algo, como una voz apagada y débil, pasó de ello y prosiguió su camino,
entonces escuchó un grito debajo de ella.
-¡EHHH!
¿zajhsnaoweihayebsb?
-Perdón
¿Qué dices?
-Nsayuiqjbdeuibdyuvwbgwyuvw
-Lo
siento pero no te entiendo una mierda.
De
detrás de un árbol salio un hombre y Caperucita se asustó.
-Tranquila,
soy el traductor de este hombre tan pequeñito que ves ahí.
-A vale
¿Qué dice?
-Dice
que no le pises su casa que su trabajo le ha costado.
-¿Y
quien se supone que es?
-¿Es
que no lees cuentos tía? Es el mejor personaje de los cuentos del mundo, es
Messircito.
-¿Miersicito?
-¡No!
¡Messircito!
-Pues
eso, Miersicito.
-¡JKSHCDUICGYDEVYUXEUVGCD!
-¡Pero
que coño dice!
-¡Dice
que no le insultes!
-Yo no
le estoy insultando, le estoy llamando por su nombre.
-¡No es
verdad! ¡Estas blasfemando!
-Ni que
fueses el cura del exorcista macho.
-Bxhbwyuswygvswyuvwhvwyv.
-Dice
que sigas tu camino y dejes los territorios de Messilandia.
-Un
momento ¿estos son los terrenos de Messilandia?
-Si, lo
son.
Salió
corriendo cargándose la seta de Miersicito (¡Es Messircito!) y se escondió
detrás de un árbol para respirar, debía salir de esos territorios antes de que
apareciese la bruja de aquellos lugares, era una mujer horrible, te implantaba
en la cabeza unas ideas que tú no querías. Si, debía salir de allí cuanto antes
pero justo cuando se disponía a continuar el sendero apareció un ser horrible,
asqueroso, con ojos de loca, la boca repleta de baba, con…
-Vale,
ya lo han entendido.
Lo
siento, es mi deber de narrador explicar como eres, a lo que iba, Caperucita se
asustó ante el temor de encontrarse con quien no quería.
-O no,
es la bruja Carameló.
-Pero
mis amigas me llaman Carme.
-¿Carma?
Y otra cosa, ¿tienes amigas?
-Bueno
si, en realidad son unas periquitas, aunque ya no están conmigo, yo juraría que
no había dejado la jaula abierta.
-No me
extraña que aprendieran a abrir puertas-dijo por bajo Caperucita.
-¿Qué
dices?
-No
nada, que a lo mejor se las comieron unas gatas.
-Pues
eso, y es Carme terminado en e.
-¿Y esa
gilipollez?
-Es
Carmen en catalán.
-No se
si sabes pero estamos en un mundo de fantasía, aquí no hay comunidades.
-Oye,
que Cataluña es un país.
-Claro,
y seguro habrás oído alguna vez que eres guapa.
-Pues
si, me lo dijeron un par de niños hace poco a los que me comí, se llamaban, si
la memoria no me falla, Hansel y Gretel.
-Joder
lo que ha cambiado el cuento, ni que esto fuera Érase Una Vez, que por otra
parte es una serie buenísima, deberías verla.
-A lo
que íbamos, porque no vienes a mi casita de caramelo, veras todo tipo de
colores blaugrana-se le caía tanta baba que provocó un tsunami que inundo el
poblado de los pitufos, vecinos de Messilandia.
-No
siento lo que voy a hacer.-Caperucita sacó una foto que hizo que la bruja
Carameló saliera corriendo como si hubiera visto al mismísimo demonio-Si es que
nunca falla, que hermoso es mi Cristiano Ronaldo.
Y de
nuevo Caperucita continuó su camino saltando y cantando a casa de su abuelita.
-La bruja Carameló hizo su aparición, decía
tenia amigas y no eran ni conocidas. Con una foto de Cristiano se asustó,
menudo disgusto se llevó.
Algo
volvió a hacer que Caperucita se detuviera, un bonito gatito con sombrero y
botas le interrumpió el paso.
-Que
pasa quilla, mi nombre es Ramos, el gato que pota.
Caperucita
gritó asustada al escuchar que hablaba y le pegó una patada que le mandó muy
lejos.
-Puto
gato, que susto me ha dado, por cierto, juraría que ha dicho que era el gato
que pota. ¿No querría decir que era el Gato con Botas?
Caperucita
le buscó pero no le encontró así que también le dedico su siguiente canción.
-El Gato no me atacó pero yo le di un buen
patadon, sigo buscándole pero para mí que se ha escondido el muy cobarde.
-¿Dónde
se te ocurren esas canciones?
Caperucita
volvió a asustarse.
-¡Joder!
¿Podéis salir por delante y sin asustar cojones?
-Lo
siento.
-¿Y tu
quien eres…-le miró de arriba abajo y vio que era un hombre vestido de
mujer-…travesti?
-¿Cómo
que travesti? ¡Que aquí uno tiene una reputación!
-¿Y
porque vistes de tía?
-Me
llamo Cescnicienta.
Caperucita empezó a descojonarse y Cescnicienta
se enfadó
-Disculpa-dijo
secándose las lágrimas de los ojos-es que eso ha sido buenísimo.
-Mis
padres me pusieron ese nombre tan estúpido, ahora todo el mundo se mete
conmigo.
-Esperaban
una mujer y les saliste tú ¿no?
-¡Pues
si! ¡Jopetas, deja de reírte!
-Perdón,
perdón-Volvió a secarse las lágrimas-¿Y porque vas vestido de tía?
-Es que
es para que no me reconozcan, soy tan conocido por aquí que están todo el día
acosándome ¿sabes?
-Hola
que tal Cescnicienta-Dijo un hombre que pasaba por allí.
-¡DEJAD
DE ACOSARME!-Dijo Cescnicienta corriendo por el bosque como un descosido y
perdiendo un zapato de cristal por el camino.
-¡Ale,
ya tengo un zapato para mi niña!-Dijo el hombre.
Caperucita
siguió su camino.
-Con un travesti me he encontrado menudo tarado,
creía que le había dado un pronto y es que tan solo es un poco tonto.
-¡Pssssssss!
¡Calla mujer!
Caperucita
se giró y vio a una mujer entre los matorrales.
-Y tu
eres…
-Me
llamo Cristina, Cristina Cubero-dijo por bajini.
-Muy
bien, ¿Y que haces aquí?
-Estaba
durmiendo hasta que me has despertado.
-Un
momento ¿eres la bella durmiente?
-Si, lo
soy.
Caperucita
empezó a reírse de nuevo y Cristina no entendía porque.
-¿De
que cojones te ríes?
-Durmiente
vale pero ¿Bella?-Siguió riéndose.
-¡Administrador
de este blog! ¡Eso es un ataque machista! ¡Si permites eso eres un machista!
Que si
maja, que lo que tu digas ¿te has tomado la pastilla?
-¡NO LO
PIENSO TOLERAR! ¡MACHISTA! ¡FASCISTA! ¡PERRACO!
Caperucita
pasó de todo y se fue aprovechando que Cristina estaba con sus locuras.
-Esta chica tendrá un buen Volvo, pero lo que
necesita es echar un buen polvo.
Siguió
caminando y por el camino se encontró con una chica que vestía de blanco y la
cual estaba embarazada, además estaba bailando una cosa extraña.
-¡Eh!
¿Quién eres tu y porque pasas por aquí?
-¿Esta
prohibido pasar por aquí?
-No,
pero cada vez que mis enanitos ven a alguien nuevo se vienen arriba.
-¡Ahijó
boluda! ¡Estas rebuena!-Dijo uno de los enanitos que tenía cara de Miersicito.
-¡Que
es Messircito coño!-Dijo una voz que procedía del bosque.
-Hola,
soy Blankhira y estos de aquí son mis siete enanitos, pronto llegará el octavo.
-¿Tu no
estabas con el Príncipe Azul?
-Si
¿Por qué lo dices?
-Porque
estos enanitos se parecen mucho a Miersicito ¡Cállate hostias!-Dijo antes de
que la voz del bosque volviese a interrumpirla.
-¿Acaso
estas loca?
-Algo
parecido si.
-Boluda,
sigue bailando que vos nos ponéis.
-Estos
enanitos están un poco salidos ¿no?
-Ya
sabes, las hormonas es lo que tienen.
Blankhira
se puso a bailar el waka waka y los enanitos estaban disfrutando con ellos, le
pareció ver a uno tirandose a un árbol.
-Me he encontrado a Blancanieves en medio de
un prado y no se que enanito estaba más hormonado.
Entonces
escuchó un ruido no muy normal, sacó su pistola y apuntó por todas partes, algo
se movía muy rápido, se giró y allí le vio, delante de ella, era el Lobo Feroz.
-Hombre
abuelita, cuanto tiempo sin verte.
-No soy
tu abuelita.
-Abuelita,
abuelita, que ojos mas grandes tienes.
-Que no
soy tu abuelita.
-Abuelita,
abuelita, que orejas mas grandes tienes.
-Niña,
que no soy tu abuelita-dijo el Lobo perdiendo la paciencia.
-Abuelita,
abuelita, que boca mas grande tienes.
-A que
te como.
-Jo
abuelita, que borde estas.
-Pero
que no soy tu puta abuela, que me la he comido, pues si, tenia hambre pero no
soy tu puñetera abuela.
-Pero
si mi abuela es una gran luchadora, como has hecho para conseguirlo sin que te
matara.
-Pues
muy sencillo, la dije que venia de un sendero donde han creado un juego
diferente al resto, donde con un objeto redondo la gente toca, toca, toca,
toca, toca, toca, toca, toca,…
Durante
mas de media hora, minuto arriba, minuto abajo, en el que el Lobo repetía lo
mismo una y otra vez, Caperucita se quedó dormida entonces el lobo aprovechó el
momento para tomarse el postre y se la comió. El Lobo tenía una gran barriga
que se veía a kilómetros, le costaba andar y se topó con una gran rama donde al
otro extremo alguien decía “juro que no
soy gay” y esta seguía creciendo cada vez más. Se tumbó a la orilla de un
río para hacer la digestión y descansar, pero entonces un cazador que vio al
Lobo Feroz se frenó en seco.
-Hostias,
que buen ejemplar, colgare su cabeza en mi salón, aunque tiene una “cara de
asco” que no se la aguanta, ya se, le llamare Lobo Carrasco.
Pero el
cazador notó que algo se movía dentro de esa barriga, se acercó y escucho una
voz melodiosa.
-El puto lobo me jodio porque me durmió, y
tras estar descansando me encuentro en su barriga cantando.
El
cazador abrió con un cuchillo la barriga del Lobo Carrasco y sacó de allí a
Caperucita, su abuelita hacia tiempo que fue digerida.
-Gracias
mi salvador, a quien debo el honor de esta magnifica proeza.
-Pues…
El Lobo
interrumpió la charla al despertarse.
-Jo
tío, te has pasado un huevo, ya que me habías abierto haberme cerrado después y
haberme metido un puñado de piedras para que no pudiera seguiros, como en el
verdadero cuento.
-No si
mi intención es que fueras un trofeo poniendo tu cabeza en mi salón-el cazador
levantó su arma y apuntó al lobo pero fue detenida por Caperucita.
-No,
dejadle vivir, ya tiene suficiente con lo que tiene. No te recomiendo que
presumas de una buena caza pues es más pesado que una vaca.
El
cazador estuvo dubitativo pero finalmente aceptó a dejar al Lobo con vida.
Caperucita y él decidieron volver a casa el cual compartirían camino hasta
separarse mas adelante.
-Por
cierto, sigo sin saber el nombre de mi héroe.
-Pues
la verdad es que…
-Que
más da,-interrumpió al cazador cuando iba a dar su nombre-igualmente tengo una
canción buenísima para entretenernos. Iba
a casa de mi abuelita y me encontré con un mariquita, un príncipe azul se
plantó frente a mi cara pero para mi que era un poco rana, había una pequeña
aldea en el que me encontré un pequeño llamado Miersicito y no media mas de un
dedito, una bruja quería llevarme al lado oscuro y con una foto se fue a tomar
por culo, al gato con botas de una patada lejos mandé porque al hablar me
asusté, una mujer que pensé era un travesti llamada Cescnicienta y era un poco
harapienta, la bella durmiente se despertó al grito de machista y de un
puñetazo me dieron ganas de mandarla al dentista, Blankhira preñada apareció al
son del waka-waka y para mi era mas bien una caca, y por ultimo el lobo me
comió pero un cazador me rescató.
Caperucita
repitió la canción durante todo el camino, que memoria mas prodigiosa tenía
para acordarse de todo lo que había dicho. El cazador por su parte le daban
ganas de cargar su arma y decir que la había disparado a la joven en un trágico
accidente pero el camino llegaba a su fin y la alegría lo desbordó al saber que
no volvería a verla.
-Señor
cazador,-dijo Caperucita ya cuando estaban a punto de tomar cada uno su
sendero-no tengo nada que hacer, mi madre pensaba que esta noche la pasaría en
casa de mi abuelita, puedo acompañarle y alegrarle el camino con mi hermosa
canción.
El
cazador abrió mucho los ojos y miró al cielo.
-Porque,
no entiendo, porque.